Emergencia del medio televisivo y su llegada desde los testimonios en localidades de la provincia de Entre Ríos.

 

Emergence of the television medium and its arrival from the testimonies in localities of the province of Entre Ríos.

 

 

 

 

     Javier Miranda

Licenciado y Profesor en Comunicación Social (UNER) y doctorando en Ciencias Sociales (UNER). Se desempeña como docente en el nivel secundario y universitario. Integra el equipo docente y de investigación de la asignatura Historia de los Medios en la Lic. en Comunicación social (FCEDU-UNER) y la Lic. en Periodismo y Comunicación (FHUC-UNL).

  

     Mariana Perticará

Licenciada en Comunicación Social (UNER) y Máster en Comunicación y Educación (UAB). Docente de grado y posgrado en FCEDU-UNER y FHUC-UNL (en asignaturas e investigaciones relacionadas con la historia de los medios y las tecnologías, planificación y producción en comunicación y educación, medios masivos y consumos culturales).

 

     Fecha de Recepción: 12/07/21 - Fecha de aprobación: 29/08/21

 

Resumen:

Las historias sobre la televisión en nuestro país, a menudo refieren a cierta periodización y caracterizaciones que se diferencian de lo efectivamente ocurrido en nuestras realidades locales y regionales. A través del registro de testimonios desde una perspectiva de historia oral se aportan elementos para comprender la llegada tardía de la televisión a la provincia de Entre Ríos.

El acceso a testimonios de los públicos de esa época permite rememorar el momento de la llegada de los aparatos, las características de un visionado colectivo, acontecimientos históricos televisados, relatos que conectan con ciertos tipos de programas, conductores de los canales nacionales y series norteamericanas. Se reconstruyen a su vez aspectos relacionados con diferencias marcadas por la geografía y el efectivo alcance de medios nacionales, regionales y fronterizos que incluyen a la República Oriental del Uruguay.

 

Palabras clave: televisión, historia, fuentes orales, recepción, audiencias

 

 

Abstract

Stories about television in our country often refer to a certain periodization and characterizations that differ from what actually happened in our local and regional realities. Through the recording of testimonies from an oral history perspective, elements are provided to understand the late arrival of television in the province of Entre Ríos.

Access to testimonies of the public of that time allows us to remember the moment of the arrival of the devices, the characteristics of a collective viewing, televised historical events, stories that connect with certain types of programs, hosts of national channels and American series.

At the same time, aspects related to differences marked by geography and the effective reach of national, regional and border resources that include the Eastern Republic of Uruguay are reconstructed.

Key Words: television, history, oral sources, reception, audiences

 

 

Emergencia del medio televisivo y su llegada desde los testimonios en localidades de la provincia de Entre Ríos.

El surgimiento de la televisión contribuyó a proyectar en la pantalla una realidad visual-auditiva extendida y extrapolada que carece de olfato, tacto y el gusto de la realidad cotidiana. En este proceso de mediación, por su intensidad visual-auditiva el medio televisivo permitió acceder a los acontecimientos y relatos de una manera más contundente y arrebatadora que la realidad de todos los días. Estamos en presencia de un medio que técnicamente consolida un proceso de desarrollo de lo audiovisual que marcará la segunda mitad del siglo XX, ampliando un proceso inaugurado con la aparición de la imagen -primero fija, la imagen fotográfica, y luego en movimiento con el cine (Lowe, 1986). De este modo consolida una nueva estructura perceptiva que combina la perspectiva inmanente de la cámara y la edición y una noción de espacio-temporalidad particular como sustituto del espacio-tiempo vivido del público.

El momento histórico en que emerge el medio televisivo coincide con el retroceso en la cantidad de asistentes a las salas de cine. Flichy (1993) hace un planteo interesante en este sentido, relacionando el modo en que la audición silenciosa que impuso el cine sonoro y el alza de los precios de las entradas que se registra en EE.UU. en 1948 y 1950 coincide con el momento en que se abre el camino la difusión de la TV (a partir del desarrollo de la industria de electrodomésticos y el incremento en la cantidad de aparatos-televisores). De este modo “queda un público disponible para la televisión, que encontrará la posibilidad en su casa, en familia, de reanudar sus actividades de escucha parlante y colectiva” (Flichy, 1993). Jowet (1992) coincide en que cuando la televisión fue un medio al alcance de toda la población, la industria cinematográfica entró en un período de grave decadencia, estimando que en 1960 perdió casi la mitad de los espectadores que tenía en 1947.

El contexto de recepción privado de la televisión, ligado al espacio doméstico y familiar (Flichy, 1993) constituye otros de los rasgos de tecnologías y medios de comunicación anteriores, y foco de reflexión en la tensión con otras formas de visionado colectivo y en espacios públicos que atraviesan los testimonios de las audiencias de esa época.

 

La etapa de la televisión masiva en Argentina

La organización del sistema de televisión en Argentina se realizó sobre la base de un modelo fundado en la iniciativa privada y un rol del Estado en calidad de regulador, a partir de procesos de adjudicación de licencias y fuertes intervenciones en los períodos dictatoriales, con un desarrollo territorial desigual en las dos primeras décadas con una importante presencia en los grandes centros urbanos y capitales de provincia.

Luego de las primeras experiencias piloto y la primera transmisión oficial del 17 de octubre de 1951, el sistema se organizó, a fines de esta década y principios de la siguiente, a partir del crecimiento de cadenas (con canales de cabecera y repetidoras) asociadas   a   productoras   televisivas   y   la   participación   de inversiones   extranjeras. 

Es recién a partir de la década del ’60 cuando se amplifica un sistema de canales y repetidoras, con nuevos canales abiertos o de aire entre ellos 13, 11 y 9 de Buenos Aires, junto con el surgimiento de los canales de las principales capitales y ciudades en varias provincias Varela (1996, 2001, 2005) y Mastrini (2001).  Plantea   Patricia Terrero (1999) que:   

“Tres   canales   privados,   ubicados   en Buenos Aires, se repartían el grueso de la audiencia: el canal 13 junto con la productora PROARTEL, controlado por Goar Mestre, ex- propietario de la TV cubana y en estrecha vinculación con la Columbia Broadcasting System (CBS); el Canal 11 y la productora Telerama, de la Compañía de Jesús asociada a la American Broadcasting Co. (ABC) y el Canal 9, más la productora Telecenter, en el que participaban los empresarios Kurt Lowe y Julio Korn en sociedad con la National Broadcasting System (NBC)” (Terrero,1999:31-32)

 

Margarita Graziano (1974) demostró la existencia de un funcionamiento articulado entre los canales y las productoras televisivas mencionadas, lo que permitió el acceso en condiciones ventajosas a producciones seriadas norteamericanas en un contexto de expansión de la televisión como fuente de entretenimiento. Desde esta impronta se organizó el sistema televisivo ampliándose hacia canales en el interior del país. Según Terrero (1999) “Bajo los gobiernos civiles que se sucedieron entre 1960 y 1966 la expansión fue permanente. Para 1969, se registraban 30 canales entre oficiales y privados.”

Se trata de la etapa de la televisión masiva (Capparelli, 2000 siguiendo a Salaun, 1989). que combina un uso limitado y regulado del espectro hertziano con una renta indirecta (generalmente derivada del financiamiento publicitario), un gran número de televisores en los hogares y con una práctica de audiencia cotidiana. Es la etapa también conocida como televisión abierta o por aire, denominación que hace referencia a la dimensión tecnológica, considerando que para acceder a la televisión sólo se necesitaba captar la señal y una emisión de acceso público mediante una antena y un aparato receptor (televisor). La oferta televisiva era provista por un número acotado de canales, fundamentalmente llegada de programación en cadena desde los centros urbanos más importantes.

 

La llegada de la televisión a Entre Ríos

En 2021 se cumplen 70 años de la primera transmisión televisiva en Argentina.  Sin embargo, es esta parte de la región Litoral, particularmente en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos la llegada de la televisión se dio de manera acotada según el diferente grado de alcance que tuvieron las emisoras de televisión abierta nacionales.

Fue en 1960 cuando recién comenzó a operar desde la ciudad de Paraná la primera repetidora de Canal 7, mientras que en 1963 se instalaron otros equipos de recepción de la señal televisiva nacional en Santa Fe.[1]

Recién en 1966 se creó el canal local televisión por aire Canal 13 de Santa Fe de la Vera Cruz, fundado por Marcos Bobbio y vinculado en ese momento a canal 13 de Buenos Aires y la productora televisiva PROARTEL (Terrero, 1999). Anteriormente habían surgido los canales 5 y 3 de Rosario (en 1964 y 1965 respectivamente), los cuales tuvieron influencia en la zona sur de Entre Ríos (por ejemplo, en la ciudad de Victoria). 

A nivel provincial Terrero (1999) señala la existencia de “11 estaciones repetidoras ya instaladas en Entre Ríos en 1978, para la difusión del Mundial de Fútbol”. Terrero (1999:33)

Resulta desafiante estudiar las condiciones para el desarrollo del medio televisivo en la provincia de Entre Ríos.

Entre Ríos se encuentra limitada por hidrovías: el río Paraná al oeste y el río Uruguay al este; con interconexiones viales tardías: el Túnel Subfluvial que la une con la provincia de Santa Fe fue inaugurado en 1969; el puente Zárate-Brazo Largo que la vincula con la provincia de Buenos Aires habilitado recién en 1977.  Los puentes que conectan con la República Oriental del Uruguay se realizaron en 1975 (Colón-Paysandú), 1976 (Gualeguaychú-Fray Bentos) y 1982 (Concordia-Salto).

El alcance de los canales de televisión trascendió la desconexión física. Las particularidades propias de la organización territorial y geopolítica de Entre Ríos definen tres realidades bien diferenciadas: las localidades ubicadas en la costa del río Uruguay en relación estrecha con los canales uruguayos; las ciudades sobre la costa del río Paraná, incluida la capital provincial, con un vínculo más cercano con los canales santafesinos; ciudades como Gualeguay y Gualeguaychú, ubicadas en el sur provincial y a una corta distancia de límite con la provincia de Buenos Aires.

Estos rasgos resultan relevantes para pensar las implicancias de los medios y tecnologías de comunicación en términos de historia cultural y de relaciones que se establecen cuando se construyen identidades y se establecen ámbitos de significaciones comunes que comparten determinadas poblaciones (Jacks, 2008).

La llegada de los aparatos televisivos, primeras visualizaciones y experiencias con ciertos canales y programaciones aparecen ligados en torno a consumos de medios que se vinculan con los emplazamientos geográficos (costa del río Uruguay y su conexión con el país oriental; la vera del río Paraná y su proximidad a Santa Fe; Gualeguay y Gualeguaychú, próximos a Buenos Aires) y de este modo configurados por las configuraciones espaciales (socio-culturales e históricas) en la que se inscriben.

Las ciudades entrerrianas ubicadas sobre la margen del río Uruguay recibieron con mayor intensidad las transmisiones de los canales uruguayos. El tiempo histórico de la emergencia del medio televisivo y sus primeros desarrollos en la República Oriental del Uruguay coincide con lo sucedido en Argentina. Las primeras emisiones de televisión uruguaya abierta datan de 1956 (canal 10 de Montevideo) y en la década del 60 surgen canales en Montecarlo en 1961 (canal 4). En 1962 Canal 12 Teledoce, en 1963 el estatal Canal 5 (actualmente Televisión Nacional Uruguay) y Canal 5 de Sodré; y en 1968 el Canal 3 de la ciudad de Paysandú, ubicada sobre la margen este del río Uruguay frente a la localidad entrerriana de Colón.[2]

Una de las evidencias que dan cuenta del momento de la llegada de la televisión a la provincia se relaciona con las publicidades presentes en la prensa local. Por ejemplo, en el diario “El   Entre-Ríos” de la ciudad de Colón contenía   anuncios   publicitarios   en   diciembre   de   1961   que promocionaba: "Noblex, Zenith y Phillips. Importados y a transistores para acumuladores de 12 o 32 voltios". El mismo ofrece la entrega instalada y funcionando, "con garantía incluida". También se promocionaban micro usinas Winco y receptores a transistores para el campo. La publicación también tiene presente a dos localidades cercanas: San José y Villa Elisa. Varios años después, en la edición del 7 de enero de 1966 se reiteran las publicidades vinculadas a la televisión, a partir de anuncios como "Radio Arrarte les deseaa todos muy felices fiestas y les recuerda que en la grata compañía de una radio o televisor NOBLEX el nuevo año será más feliz todavía".

 

Experiencias televisivas desde los testimonios.

Comprender los modos en los cuales el medio televisivo se inscribió en la región Litoral y particularmente en localidades de Entre Ríos y Santa Fe forma parte desde hace varios años de los objetivos de investigación en el marco de la cátedra de Historia de los Medios (UNER y UNL).[3]

Desde un marco general respecto del contexto histórico en el que emerge el medio televisivo a nivel mundial y en nuestro país, resulta relevante poder abordarlo considerando los tiempos de su llegada a la región Litoral, particularmente las provincias de Entre Ríos y Santa Fe, así como los modos en que se recuerdan las primeras experiencias televisivas en las décadas del ‘60 y ‘70. Se trata de una apuesta para la comprensión de los modos en que se configuraron las subjetividades televidentes. Los relatos permiten restituir sentidos y significaciones de la incorporación de estas tecnologías en la cotidianeidad y entornos cercanos, particularmente acerca de condiciones, prácticas y sus contextos de recepción (rutinas familiares, cotidianeidad, temporalidad social, otros consumos culturales, formas de esparcimiento y sociabilidad).

La estrategia metodológica involucró la consulta de archivos de diarios en bibliotecas locales y hemerotecas digitales y la realización de entrevistas semi-estructuradas a personas mayores de 60 años que formaron parte de las audiencias de televisión en el período estudiado.[4]

Acudimos al registro de testimonios desde una perspectiva de historia oral (Portelli, 1991, Schwarzstein, 1991, 2002) como posibilidad de construir un horizonte de interpretación sobre la llegada efectiva de la televisión a esta región interior de Argentina.  A su vez considerando las necesidades metodológicas dadas por la escasez de fuentes televisivas y la necesidad de construir otras alternativas (Varela, 2010).

El acceso a testimonios de los públicos de esa época permitió rememorar el momento de la llegada de los aparatos, las características de un visionado colectivo, las situaciones en que se miraba televisión desde la calle, en las ventanas, en casas de familiares o conocidos que compartían la novedad. También los relatos se conectan con ciertos tipos de programas, series, conductores de la televisión de ese momento. A su vez contienen indicios que permiten caracterizar el alcance geográfico que los medios televisivos surgidos en la década del 60 tuvieron efectivamente en la provincia de Entre Ríos.[5]

 

Sobre el acceso y las primeras visualizaciones

La llegada de la televisión se recuerda como un acontecimiento, una novedad, un hecho excepcional. Se miraba desde la calle con el televisor en la ventana y se reunían los niños en una casa para ver a la tarde; en vidrieras, bares, en la casa del vecino, el amigo, el pariente, en horarios reducidos (Varela, 1999).

Julio (80) vive en Paraná, tiene 71 años y afirma haber visto televisión en la puerta de un local comercial llamado Dixon Radio, ubicado en calle Corrientes entre Colón y Victoria, donde actualmente se encuentra el restaurante Coscoíno:  "Yo vivía entre calle Colón y Corrientes, veía Canal 7 en un negocio desde afuera, éramos 10 vagos y veíamos El muñeco maldito, habré tenido 10 o 12 años". A continuación, en su relato, Julio calcula que fue entre los años 1962 y 1963, cuando asistía a primer año de la secundaria del Colegio Nacional. También afirma que el señor cerraba el negocio a las 8 y apuntaba el televisor hacia afuera, y ellos veían desde ahí, a través del vidrio.

En el caso de Gloria (59), oriunda de Nogoyá y residente en Paraná, recuerda de otro modo su primer acercamiento al aparato:

“la tele comenzó en el año 68-69 yo era de una familia muy humilde, mi papá trabajaba de puestero en los campos, íbamos a cuidar los campos y vivíamos ahí...tele en mi casa hubo recién en el año 78 cuando el mundial (Gloria, comunicación personal).

 

Aníbal (58) de Gualeguay comparte la misma experiencia:  "en casa tardamos un poquito en tener la tele, incluso me iba a la casa de unos parientes míos a mirar, había una sola tele en el barrio". 

Sin embargo, también pueden señalarse diferencias en cuanto al acceso en la misma ciudad, siguiendo el testimonio de Raúl (67):

"Yo era chico y ya había en el barrio las primeras TV en la década del ´60 incluso había gente que los armaba acá y capaz que había un TV por manzana, y se juntaban todos los chicos del barrio” (Raúl, comunicación personal).

 

En la ciudad de Colón pudimos recuperar similares testimonios en relación al acceso, como los de Osvaldo (65) y su familia y los de Edith (75), quien vivía en el campo, a 15 kilómetros de la ciudad en el período estudiado y desde hace décadas es dueña de la principal heladería de la localidad. Osvaldo (65) recuerda que "teníamos un televisor a batería, se lo habíamos comprado a un señor que los fabricaba él, ahí veíamos el 9 de Buenos Aires". 

Mario (77) recuerda que en La Paz la práctica de ver televisión en el verano era la siguiente:

“En un momento eran puras antenasy se veía desde la ventana, colocándose en la calle y el televisor adentro.  Incluso agrega después que las familias se sentaban en mesas en la calle con sándwiches y cerveza y miraban hacia adentro” (Mario, comunicación personal).

 

Además del visionado en lugares públicos, el acceso a la televisión se compartía en familia, entre amigos, como una invitación especial.

En la ciudad de Nogoyá y en las zonas rurales de los alrededores, la escena de visualización socializada se repite. Gloria (59) la recuerda de este modo:

 "una experiencia inolvidable, porque vivíamos en el campo y un vecino del lugar, nos invitó a toda la familia, a mis padres, yo y mi hermana a que vayamos a cenar y a mirar televisión, era una invitación especial a mirar televisión, porque a mi papá le gustaba el tango, por eso este señor lo invitó un sábado a la noche () a ver Grandes Valores del Tango que era un programa que sentía y gustaba mucho en ese momento (Gloria, comunicación personal).

 

En Concepción del Uruguay Silvia (56) afirma: "me acuerdo una de mis abuelas iba todos los jueves a mirar los capítulos a mi casa ya que teníamos tele, imaginá, una sola tele y en blanco y negro, la veíamos en el comedor, en familia”. En el mismo sentido que en el testimonio anterior de Gloria (59), Silvia (56) inscribe el visionado televisivo dentro de una práctica familiar:

"siempre fue en familia, porque teníamos   un   televisor   en   el   comedor   y   mirábamos   todos   iguales   ahí, y   en   realidad mirábamos lo que a los grandes se le ocurría, no es que nosotros podíamos cambiar, después obviamente llegó la tele en color, llegaron más canales” (Silvia, comunicación personal).

 

Programas y canales más recordados 

Tal cual como sostiene Aguilar

“desde el punto de vista de los géneros, la programación se mimetizaba - a la vez que reforzaba- con los ritmos hogareños de una familia tipo A la mañana se transmitían algunos programas educativos; a la tarde, programas dedicados a la mujer y a los niños durante la cena se podía asistir a algún programa de tema familiar” (Aguilar, 2000:260)

 

A 60 años de las primeras experiencias, los recuerdos sobre algunos programas siguen aún muy vigentes. Osvaldo (65) rememora: 

"Cuando yo era chico, tengo 65, cuando tenía 15 años, hace 50 años, teníamos un vecino e íbamos todos ahí, éramos chiquitos, íbamos a mirar esos televisores que la antena la manejabas con la ruedita, era giratoria, se veía Canal 9 y un canal de Paysandú, de Uruguay, era lo único que se veía y por ahí se cortaba.” (Osvaldo, comunicación personal).

En la ciudad de La Paz los recuerdos son similares. Si bien los entrevistados no pudieron mencionar específicamente canales, sí nos cuentan acerca de programas como “Sábados Circulares” de Pipo Mancera, partidos de fútbol y novelas; además de algunos programas que se miraban a la noche como “Los grandes del buen humor”. 

Los testimonios coinciden con lo sucedido en la ciudad de Gualeguay:

 “Yo me acuerdo mi casa, por ejemplo, que fue uno de los primeros TV, iban los chicos del barrio muchísimo...no había ningún problema...chicos humildes, inclusive más lejanos y mirábamos “El llanero Solitario”, “Rin Tin Tin”, todas esas series de esa época” (Raúl, comunicación personal).

 

En la misma costa del río, pero de la ciudad de Concepción del Uruguay dos de los testimonios recuperados enuncian lo siguiente: 

“los canales uruguayos se veían bastante bien, los canales argentinos que podíamos ver se veían con muchas hormigas, eran novelas, las telenovelas, mi abuela iba todos los jueves a ver Malevo con Rodolfo Bebán y Gabriela Gilli, esas telenovelas que eran inolvidables”. (Silvia, comunicación personal).

 

Marcelo (51) oriundo de la misma localidad y residente en Paraná desde 1985 cuando vino a jugar al básquet, recuerda:

"se miraban canales uruguayos de aire, el canal 3 de Paysandú y el de Fray Bentos, que está frente a Gualeguaychú” y que “el mundial 78 no se pudo ver por ATC porque no inauguró la repetidora en la zona, se veían   algunos   partidos   por   los   canales   uruguayos, imaginate   lo   atrasados   que estábamos.” (Marcelo, comunicación personal)

 

Sobre los canales que se veían, Silvia (56), maestra jardinera oriunda de la misma ciudad, afirma lo mismo:

"Nosotros mirábamos canales uruguayos, teníamos el canal 3 de Paysandú, teníamos el canal 12 de Fray Bentos, los dos comenzaban a las 6 de la tarde me parece que lo que primero que empezamos a ver de televisión. Mirábamos canales argentinos, por ejemplo, el canal 9”. 

 

Graciela (76), quien reside en la actualidad en Santa Fe[6], rememora que “todos los sábados por la tarde y en familia se veía un programa de Mancera llamado Sábados Circulares”. Blanca (74), nacida en Hasenkamp y luego residente en Paraná cuenta que “En aquella época los programas que se emitían eran pocos y la transmisión tenía un cierto horario. Uno de los programas que recuerda es el de Odol Pregunta, presentado por Cacho Fontana”.

Margarita (72), oriunda de la localidad Victoria no la recuerda con tanta nitidez acerca de la llegada de la televisión. Sin embargo, resalta es que “era un aparataje inmenso que veían en blanco y negro y que los domingos veían en familia un programa conducido por Pipo Mancera, veían los domingos, sentados todos juntos en la casa de su abuela o en su propio hogar. De este modo los recuerdos documentan programas clásicos de la década del 60 como es el caso de Sábados Circulares, emitido entre 1962 y 1974 y que introdujo el formato de programa ómnibus (con reportajes, música y todo tipo de entretenimiento en vivo y de varias horas de duración).

En la ciudad de Paraná, por su parte, los recuerdos giran en torno a Canal 7 y a la televisión de Santa Fe, Canal 13. Julio recuerda que las experiencias que mencionábamos más arriba de asistir todos los días a las 8 o 9 de la noche, se referían exclusivamente a El muñeco maldito. Con un poco más de esfuerzo y ayuda de su mujer, recuerda el hombre del antifaz ("El zorro" le dice su mujer al lado). Y ella también acota: "noticieros, El muñeco, y Yo soy payasín" (mientras Julio canta la canción del programa). "¡Te pasaban el dibujito que vos mandabas a Buenos Aires!”, recuerdan Julio y su señora. 

En localidades del centro de la provincia como Nogoyá, de la cual se hizo mención anteriormente, los testimonios dan cuenta de programas de tango debido a que eran los que se veían en la casa de los patrones, no había aún acceso en la época. Mientras que la localidad de Victoria, ciudad ubicada al sur-oeste de la provincia y cercana a Rosario, los recuerdos giran en torno a ver canales de dicha ciudad más que de Buenos Aires.

 

El gran acontecimiento

Existen asociaciones entre ciertos acontecimientos históricos y el visionado televisivo.   De este modo ha sido retratado por Varela (1996, 2001, 2005). El lugar del aparato televisivo como una suerte de ventana al mundo, un espacio de conexión con el mundo exterior y lejano. Plantea también Aguilar (2000):

“Transmitido en directo pasada la medianoche. el acontecimiento (que concretaba antiguas fantasías del imaginario colectivo) provocó el desplazamiento callejero de grandes contingentes de personas que buscaban un televisor para presenciar el evento. Sin darse cuenta, la gente asistía a otro hecho no menos importante: la conquista televisiva del espacio terrestre” (Aguilar, 2000:265). 

 

En este sentido lo expresan testimonios recuperados en la provincia de Entre Ríos. Por ejemplo, Felipe (80) quien reside en la ciudad de La Paz ubicada sobre el río Paraná:

"Yo televisión por ejemplo vi el aterrizaje, el alunizaje ¡lo vi acá, en esta casa! Yo venía de Corrientes, paré y estaban transmitiendo el alunizaje, obvio que era en blanco y negro. Uno llegaba a la Paz y era un solo antenerío porque se recibía solo por antena, eran puras antenas".

 

En el mismo sentido lo plantea Osvaldo (65), dueño de un quiosco sobre la calle principal de la ciudad de Colón: "cuando el hombre llegó a la luna ()  ahí ya estaba la tele () teníamos un televisor a batería, se lo habíamos comprado a un señor que los fabricaba él, ahí veíamos el 9 de Buenos Aires".

 

 

 

A modo de conclusión

La llegada de la televisión a la provincia de Entre Ríos se dio de manera tardía, con diferencias marcadas por la geografía y el alcance no sólo de algunos medios nacionales sino también de otros regionales (pertenecientes a la vecina provincia de Santa Fe) y fronterizos (de las localidades próximas a su territorio situadas río de por medio en la República Oriental del Uruguay).

Las exploraciones en ciudades de la provincia de Entre Ríos permite concluir un desfasaje con relación a la inauguración del medio televisivo hace 70 años en la ciudad de Buenos Aires. Es posible documentar la relación directa del acceso al medio televisivo y cobertura de los canales con las configuraciones espacio-geográficas en las que se inscriben.

En el caso de las localidades ubicadas sobre la costa del río Paraná, con escasa llegada de la televisión y contacto con medios de alcance nacional y fuerte vinculación con los canales regionales (13 de Santa Fe, 3 y 5 de Rosario). En ciudades como Gualeguay, por su ubicación geográfica y cercanía con Buenos Aires más que con la capital provincial, con acceso a canales nacionales y también cercanos de la ciudad de Rosario. En las localidades de la costa del río Uruguay, una relación particular en tanto comunidades de frontera, con el acceso más temprano a la televisión gracias a los canales uruguayos; con un vínculo particular entre algunas ciudades, como es el caso de la ciudad de Colón y su vecina oriental Paysandú.

Conocer acerca de la relación con las primeras pantallas televisivas en la provincia de Entre Ríos ha sido posible gracias al uso de la historia oral. Los testimonios de los públicos de la época, así como la reconstrucción en base a archivos locales y los registros de la prensa constituyen algunas de las posibilidades para reconstruir historias nunca exploradas, en tanto aporte para comprender la historia de los medios desde una perspectiva local y regional.

A lo largo de las décadas de 1960 y 1970 la televisión se consolidó como ventana al mundo desde un espacio doméstico cada vez más al resguardo de lo que pasa en el exterior. Este momento coincidió con la expansión del mercado de aparatos televisivos, que se volvieron cada vez más accesibles al público. ´Mirar televisión´ pasó a ser una práctica cotidiana y familiar. La televisión, como chimenea de la casa o centro del hogar, supo conquistar de a poco los ritmos y horarios de la cotidianeidad familiar. Una pantalla televisiva que se transformó en un instrumento privilegiado de las prácticas culturales, lúdicas y de relación con el mundo exterior” (Terrero, 1997), en tanto foco de la vida social y cultural del hogar (Silverstone, 1990).

 

Bibliografía

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[1] Así aparece documentado en las ediciones de el diario El Litoral de la ciudad de Santa Fe, con fechas 15 de mayo de 1960 y 3 de febrero de 1963.

[2] Pueden consultarse algunas referencias que corroboran estos datos en los sitios: https://www.infouruguay.com.uy/PROGRAMAS-TV/HISTORIA-TELEVISION-URUGUAY.htm, https://www.teledoce.com/acerca-de-teledoce/, http://www.canal12.com.uy/; así como la iniciativa “Historia de los Medios de Comunicación” de la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República (UDELAR), disponible en: https://historiadelosmedios.fic.edu.uy/

[3] Los testimonios y fuentes de archivo aquí recogidos provienen de las indagaciones realizadas en el marco del PID Novel 3170 (UNER, 2019-20) denominado “Consumos audiovisuales en Entre Ríos desde una perspectiva histórica. Cine y televisión en los 60 y 70”; trabajos de investigación de cátedra de la que formaron parte estudiantes (particularmente de las cursadas 2018 y 2019); así como otras entrevistas en torno a investigaciones en curso que focalizan sobre la llegada de la televisión en las ciudades de Paraná, Nogoyá, Concepción del Uruguay y Santa Fe. En el conocimiento sobre el medio televisivo de Entre Ríos se recuperan a su vez los resultados de la investigación desarrollada por Patricia Terrero, parte de los cuales fueron condensados en una publicación editada por UNER (1999) y que se consigna en las referencias bibliográficas.

[4] La selección de entrevistadas/os se realizó por método al azar y por bola de nieve. Las entrevistas se realizaron en hogares particulares, locales comerciales, bares y otros espacios sociales. En el contexto de la pandemia se recuperaron testimonios a través de entrevistas virtuales por videoconferencia, WhatsApp con personas de las ciudades de Nogoyá, Concepción del Uruguay y Victoria.

 

[5] Los fragmentos de las entrevistas incluidas en el presente artículo corresponden a nuestra autoría, con excepción de los casos de Blanca y Graciela (realizadas por Flavio Sandino Rousseaux, María de los Milagros Oliva y María Victoria Colodio); y de Margarita (llevada a cabo por Mariángeles Dana Olivera Gómez, Amira Reyas y Aldana Riffel). Se han omitido los apellidos de las y los entrevistados a los fines de resguardar su intimidad y considerando que no resulta relevante a los fines de la comunicación de los resultados de la investigación.

[6] Paraná y Santa Fe compartieron el visionado de los mismos canales y alcance de las repetidoras de canal 7, dada su proximidad (apenas 29 kilómetros las une una conexión vial a través del Túnel Subfluvial sobre el río Paraná y mantienen entre sí una distancia de 21 kilómetros en línea recta).